La rubia disfruta sirviendo a los chicos: tiene unos labios que funcionan y una tarta fresca y rubicunda. ¿Quién no querría probarlos? Ah, y se siente bien al poder satisfacer la curiosidad de los chicos y darles lo que se espera de ella. La leche condensada, que los chicos le agradecen, es como un bálsamo para ella: la lame con una sensación de logro. Parece que también le gusta trabajar en el sector de los servicios. )))
La chica decidió enseñar ruso a sus compañeros. Bien por ella. ¿Cuál es la mejor manera de hacer que las palabras sean memorables? Nuestros pollitos tienen una manera: mostrarlas en sus propios cuerpos. Woo-ha-ha, por eso los extranjeros conocen bien nuestras palabras: ¡la motivación es genial!
¿Dónde estáis, chicas?